martes, 17 de febrero de 2015

(Segunda parte) Cacería del 29-09-2014: ¡¡Jugando con la luz y la oscuridad!!

(Para volver a ver la Primera Parte)

El destino es juguetón y travieso. 
Después de perseguir la tormenta hasta el mismo desierto, decidí hacer un Stop y comer algo, dando por acabado el episodio. La tormenta se había adelantado demasiado y el tiempo que perdí en atascos me impidió volver a ponerme delante y ya dudaba de hacerlo antes de que saliera por el mar. 
Pero una vez visto el radar, se observaba como prácticamente ahí mismo, casi al lado, se había vuelto a organizar la tormenta y posiblemente vuelto a formar un espectacular Arcus, rumbo al mar. La frustración y lastima del tiempo perdido hicieron que decayera el animo de caza. 
Pero un compañero y amigo de caza, que tenía que cortar ya, para volverse a casa, me animo a hacer unos cuantos km más, y ya sin prisas ni acelero, al final lo hice, por el simple placer y curiosidad, sin creer que encontraría nada de interés. Valla si me equivoque.....el destino es juguetón y travieso:




Unos cuantos km más adelante, en el mismo mirador que descubrí hace justo una semana, fotografiando un sueño largamente anhelado, el cielo me volvió a hacer un grandísimo regalo, de colores, de serenidad, de sonrisas y de sorpresa.


Un Arcoiris doble, y perfectamente formado, que cada vez adquiría mas contraste y fuerza en sus tonos, iba apareciendo en la parte posterior de la tormenta, con la acción de los rayos de sol del atardecer.


Para mi sorpresa, la cosa no acababa hay, sino que comenzaron a formarse nubes Manmatus que iban retando al Arcoiris en la belleza de la imagen.


Los minutos pasaban en una especie de espacio a temporal, donde la belleza hacía que no quitara ojo del cielo. Toda la adrenalina y prisas de hasta hace bien poco, cedía terreno a algo que era más espiritual. 


Y el cielo seguía cambiando de formas, de colores, de contrastes, como si se hubiera desatado una furia de belleza desbocada que no supiese detenerse.


La tormenta proseguía su rumbo, pero curiosamente ese paréntesis de serenidad, otorgaba la sensación de que su movimiento se había ralentizado,como queriendo despedir una maravillosa jornada, con sus mejores galas.


Mirases donde mirases, solo había belleza delante de mis ojos...


Y llego el momento de la despedida. 
Caía la noche y me disponía a ir recogiendo el equipo, cuando de repente el destino decidió mostrar la última carta que se tenía guardado ese día como regalo que ofrecerme...

                                                                                  ......................( Continuara )..............................

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